martes, 1 de julio de 2014

Ese instante de felicidad

Ese instante de felicidad..., cuando ha estado lloviendo hasta hace un momento, tienes que salir y decides no coger el paraguas. Y en cuanto estás fuera aparece el arco iris y justo después el sol. Y de golpe comprendes lo que es la confianza.

Ese instante de felicidad..., cuando hablas por teléfono y le estás contando como te ha ido el día. Ella te pregunta: <<¿Dónde estás ahora?>>, y mientras tú se lo estás diciendo, llega en el coche y te sonríe.


Ese instante de felicidad..., cuando estás en la cola del supermercado y no tienes prisa, pero el de delante, no se sabe por qué, te mira, ve que llevas muchas menos cosas que él y decide dejarte pasar. Tú dices que no importa, faltaría más, y sonríes. Sientes que tienes un amigo para siempre. Aunque no volverás a verlo.


Ese instante de felicidad..., cuando esperas que te llegue un mensaje, ese mensaje, y miras el móvil mil veces, pero nada, no llega. Después te despistas un momento... ¡y ahí está! Entonces lo abres y dice exactamente lo que tú deseabas.


Ese instante de felicidad..., cuando, después de estar meses pensando qué regalo hacer, te paras y comprendes que es el día lo que tiene que convertirse en un regalo. Y entonces lo programas todo, de la mañana a la noche, para que cada instante sea una sorpresa irrepetible. Y esperas que ella pueda amarte todavía más.


Ese instante de felicidad..., cuando has acabado una tarea pendiente y quizá te ha costado un  gran esfuerzo y no estabas seguro de lograrlo. Pero sí, lo has conseguido. Y te sientes un campeón, pero uno de esos que ganan en secreto, corriendo de noche en una pista desierta, sin público.


Ese instante de felicidad..., cuando se te cae algo del bolsillo y no te das cuenta y alguien te llama porque lo ha recogido y quiere devolvértelo. Por un instante no lo entiendes y casi desconfías, pero luego lo miras  a los ojos y ves que es sincero. Aunque sólo sean veinte céntimos, te parece que te han devuelto un tesoro.


Ese instante de felicidad..., cuando por fin, después de haber perdido un montón de pases, pillas uno bien, te acercas a portería, no lo piensas, chutas y marcas gol. Se te tiran todos encima, te estrujan, te ahogan, y te parece que has ganado el Mundial aunque vayáis 4 a 1 a favor de los otros...


Ese instante de felicidad..., cuando, después de esperar todo un día sin dejar de controlar el icono de las notificaciones de Facebook para ver aparecer un <<1>> en los mensajes, por fin llega. Ella lo ha visualizado. Y ha contestado, ha escrito algo que hace que te sientas importante.


Ese instante de felicidad..., cuando te queda poca batería en el móvil pero ella te llama y tú esperas que la carga aguante ese poco que basta para que ella pueda decirte <<Te quiero>>. Y sucede, y te dice<<Te quiero>>, y después de sólo un instante el móvil se muere, y tal vez te habría gustado decir tú también alguna palabra de amor, pero en cambio te quedas allí, con tu sonrisa bobalicona...


Federico Moccia

1 comentario:

Mònica dijo...

No seríamos nada sin esos pequeños grandes momentos...

Un saludo!