miércoles, 2 de mayo de 2012

Esta es la historia de una chica. Era rubia, con ojos azules. Lo tenía todo. Le gustaba leer, escribir, y sobre todo, bailar. Desde muy pequeña quiso ser astronauta para conocer el universo, descubrir las galaxias desconocidas, llevar esos inmensos trajes blancos y ver la via láctea.
A medida que fue creciendo, empezó a darse cuenta que el mundo que ella deseaba en realidad estaba muy lejos de su alcance. En su etapa del instituto, lamentablemente, no sacaba muy buenas notas. Su familia la presionaba para estudiar, diciéndola, que su futuro estaba en juego. Pero ella en realidad no deseaba eso, lo único que quería cumplir, era su sueño, ese sueño que tenía desde niña y que nunca antes había llegado a contar.
El tiempo seguía pasando, y ella cada vez se sentía más fuera de lugar en este mundo en el que ella era la rara, o los demás eran los raros. 
Pero un día, empezó a conocer a gente guiada por su inconsciencia que la llevo por mal camino. Y, todo cambió cuando la conoció.
Con ella podía ver las estrellas, las nebulosas, viajar a otros mundos...
Le gustaba viajar de manera fácil y barata por el espacio. Ahora se encontraba al borde de un acantilado, para realizar su último viaje.
-Gracias heroína- dijo mientras se precipitaba al vacío.


 

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