viernes, 29 de abril de 2011

En la playa...

Hay una pareja. Él corre arrastrando una cometa. Ella está parada con las manos en las caderas, mirándolo. Él corre sin cesar. Pero, dado que apenas hay viento, la cometa traza lentamente una parábola y a continuación cae en picado y acaba clavándose en la arena. Ella echa a reir y él le da alcance a duras penas, a esa inútil tentativa de vuelo.
Ella se ríe aún más y se mofa de él. Entonces él la abraza y la aferra tirando de ella. Ella forcejea un poco, pero al final se besan. Se besan así, frente al mar, en esa playa libre y vacía intemporal, con el infinito azul del cielo, con el sol en lo alto y con ese horizonte lejano donde el mar y el cielo se confunden. Y yo me echo a llorar de nuevo.
Las lágrimas se detienen. Y suelto una carcajada. Me río. Lo miro. Pero él, de nuevo, no se ha dado cuenta.

No hay comentarios: